domingo, 4 de noviembre de 2012

Apsu

Apsu se representa como deidad, únicamente en la epopeya babilónica de la creación, Enuma Elish, recuperada de la biblioteca de Asurbanipal (c. 630 a. C.), pero que es alrededor de 500 años más antigua. En esta historia, era un ser primordial hecho de agua dulce y unido a otra deidad primordial, Tiamat, que era una criatura de agua salada. El Enuma Elish comienza: "Cuando en lo alto el cielo no había sido nombrado, no había sido llamada con un nombre abajo la tierra firme, nada más había que el Apsu primordial, su progenitor, (y) Mummu-Tiamat, la que parió a todos ellos..." En el ciudad de Eridú, el templo de Enki era conocido como E-abzu "casa de las aguas cósmicas" y se encontraba al borde de un pantano, un abzu. A determinados depósitos de agua bendita en templos babilonios y asirios también se les llamaba Apsu. En los lavados religiosos típicos, estos depósitos fueron similares a las piscinas de lavado de las mezquitas islámicas, o las pilas bautismales de las iglesias cristianas. También existía tiamat, el principio primordial femenino del agua salada, que representaría el mar y las potencialidades del caos. De la unión de los dos principios, fue engendrada una segunda pareja, Lahmu y Lahamu, que según la leyenda, serían sacrificados para poder crear a los hombres pero que antes, crearon a la tercera pareja, Anshar y Kishar de la que saldría el dios del cielo, An (Anu en acadio) y de él, su hijo Enki. Los dioses se reprodujeron hasta que malhumoraron a Apsu y Tiamat, y éstos decidieron deshacerse de los nuevos dioses, pero Enki/Ea logró someter a Apsu con un conjuro y derramó el sueño sobre él, para luego matarlo. Ea llama a su morada en "el abismo de lo profundo de las aguas", Apsu. El dios sumerio Enki (Ea en acadio) comenzó a vivir en las aguas del apsu incluso antes que los humanos aparecieran. Su esposa Ninhursag, su madre Nammu, su visir Isimud y otras varias criaturas vivieron también allí.


  (Enûma Eliš, “Poema Babilónico de la Creación”, Tablilla I, 1-9. h. 1200 a.C.)



Cuando arriba los cielos no habían sido nombrados y la tierra firme abajo no había sido llamada por su nombre; y nada sino el Apsu primordial, el Padre de Todo, el más antiguo de los seres y Mummu-Tiamat, la que los dio a luz a todos, sus aguas, como un solo cuerpo, confundían; y los desechos del junco no se habían hacinado, el carrizal no había aparecido; cuando ninguno de los dioses no habían sido traídos al ser ni llamados con nombre, no destinados sus destinos, entonces sucedió que los dioses fueron formados dentro de las Aguas de Apsu-Tiamat.

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