Kukulkán es un importante dios en la mitología maya, o Mukú-leh-chan (culebra con plumas) entre los maya-chontales de Tabasco, también es conocido como Gucumatz en la mitología quiché . Es referido con este último nombre en el Popol Vuh como un dios creador del universo junto a Tepew.
Para algunos investigadores este dios es el mismo Quetzalcóatl de los aztecas y proviene de la cultura tolteca, para otros proviene de la cultura olmeca. En todo caso su origen es muy anterior a los mayas de la Península de Yucatán y a los Itzáes, fundadores de Chichén Itzá en el siglo VI, en donde se le erigió una pirámide para señalar su descenso en el ciclo agronómico y político de los mayas peninsulares. La presencia de la serpiente emplumada como símbolo deífico es omnipresente en toda Mesoamérica.
En el yacimiento arqueológico de Chichén Itzá se le puede observar como una serpiente formada como efecto de luz y sombra que desciende por la alfarda de la escalinata principal del edificio construido para su adoración, durante la jornada equinoccial de marzo y septiembre. Fue una deidad rápidamente asimilada por la aristocracia, a pesar que se incorporó al panteón maya en una época tardía.
Aparece como una de las divinidades creadoras bajo el nombre de Gucumatz en el Popol Vuh, libro considerado como la biblia de los mayas k'iche's, también aparece como deidad de los vientos con el nombre de Ehécatl en la estela 19 de Ceibal. Alcanzó especial trascendencia en la península de Yucatán, donde fue venerado por los mayas itzáes en Chichén Itzá, por los mayas cocomes en Mayapán y por los mayas tutl xiúes en Maní, en todas estas ciudades se construyeron templos en su honor.
De acuerdo a los testimonios descritos por Diego de Landa, los mayas decían que Kukulkán existió como una persona que llegó del poniente, antes, después, o al mismo tiempo de que los itzáes llegaran a Chichén Itzá. En su partida, se detuvo en Champotón, donde también se erigió un templo en su honor, junto al mar, para posteriormente seguir su camino hacia el altiplano de México.
En cuanto a sus diferencias con respecto a Quetzalcóatl, parece que muchas de ellas se debían a las diferencias climáticas entre ambas regiones. Para los Aztecas, Quetzalcóatl no sólo era el Señor del Sol, sino el propio Dios-Sol del país. Kukulcán además tiene los atributos de un Dios-Trueno. En el clima tropical de Yucatán y Guatemala, el Sol al mediodía parece dibujar las nubes de su alrededor con formas serpenteantes; de éstas emanan el trueno, la luz y la lluvia, por lo que Kukulkán parecería haber atraído a los mayas más como un dios del cielo que como un dios de
la propia atmósfera, a pesar que muchas veces las estelas del Yucatán representan a Kukulkán con el aire saliendo de su boca, como muchas representaciones mexicanas de Quetzalcóatl.
Kukulkán, del que hablan los arqueólogos, es la deidad que más frecuentemente aparece en los manuscritos del Códice de Dresde y otros. Tiene la nariz larga y truncada, como la de un tapir, y en él se encuentran todos y cada uno de los signos de un dios de los elementos. Camina sobre el agua, maneja antorchas ardientes y se sienta en el árbol cruciforme de los cuatro vientos que con tanta frecuencia aparece en los mitos americanos. Evidentemente es un dios del cultivo y héroe, puesto que se le ve plantando maíz, llevando herramientas y continuando un viaje, hecho que establece su conexión solar.
Según las crónicas mayas, Kukulkán, al igual que Quetzalcóatl, es el conquistador que llegó a Yucatán por el mar desde el oeste, hacia finales del siglo XI, y se convirtió en caudillo y fundador de su civilización. De la fusión de los dos mitos, Kukulkán aparece como el señor del viento y de la lluvia porque rige y gobierna la nave que le condujo a Yucatán y al pueblo que fundó.
Templo de Kukulkán
El Templo de Kukulkán o Pirámide de Kukulkán, es conocido también por el nombre «El Castillo», término que utilizaron los españoles en el siglo XVI, buscando alguna similitud arquitectónica conocida en el continente europeo. El actual templo fue construido en el siglo XII d. C., por los mayas itzáes en la antigua ciudad de Chichén Itzá, fundada originalmente por ese mismo pueblo maya en el siglo VI d. C.1 en el territorio perteneciente al estado mexicano de Yucatán. Su diseño tiene una forma geométrica piramidal, cuenta con nueve niveles o basamentos, cuatro fachadas principales cada una con una escalinata central, y una plataforma superior rematada por un templete. En esta construcción se rindió culto al dios maya Kukulkán (idioma maya: Serpiente Emplumada )?, razón por la cual se pueden apreciar motivos serpentinos en la decoración arquitectónica. Por otra parte también cuenta con simbolismos que hacen alusión a los números más importantes utilizados en el calendario Haab (calendario solar agrícola), el calendario Tzolkin (calendario sagrado) y la rueda calendárica. La alineación de la construcción de la pirámide permite que se puedan observar diversos fenómenos de luz y sombra, los cuales se producen en su propio cuerpo durante los equinoccios y solsticios cada año.
En comparación con la pirámide de Keops en Egipto, o incluso a la pirámide del Sol de
Teotihuacan, las dimensiones de la pirámide de Kukulkán son pequeñas.
En cuanto a la altura, la pirámide de Keops mide aproximadamente 147 m y la del Sol, 65 m sin incluir los supuestos 10 metros que tendría su templete; por su parte la altura de la pirámide de Kukulkán alcanza los 24 m hasta la plataforma superior, más 6 m de su templete para lograr 30 m como máximo. La base de la construcción egipcia tiene medidas aproximadas de 226,5 m, mientras que la del Sol alcanza los 225 m. Por su parte la pirámide de Kukulkán sólo mide 55,3 m en las bases de sus fachadas.
De tal forma, las medidas de la pirámide de Kukulkán no rivalizan con otras construcciones similares en el mundo, incluso la pirámide de Tikal (64 m) es más alta. Son sus características arquitectónicas, sus simbolismos calendáricos y astronómicos los que la destacan de forma particular.
buenos dias ¿podria pedirles un favor? me recomendarian algun libro en el que se cuente la historia de dicho dios, mil gracias
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